¿Alguna vez has soñado con estos interminables viajes en metro hasta el extramundo? ¿Una carrera donde al entregar un examen te pongas a hablar de fútbol con el profesor? (Juro que me ha pasado) ¿Clases impartidas por tres profesores donde el primero contradiga al segundo y éste, a su vez, no se hable con el tercero? ¿Clases donde se hablen de dragones encerrados en un garaje? ¿Profesores que se les olvidan que tienen clase y, al preguntarles, te digan que no era presencial? ¿Clases donde todo el mundo se meta con Cristiano Ronaldo? Y dime, ¿has soñado alguna vez con todo esto? En caso afirmativo, estás de enhorabuena. El Grado de Sexología ofertado por la Universidad Pablo de Olavide está hecho a tu medida. Quise decir Sociología. En qué estaría yo pensando…
Parada de metro. Subsuelo de Sevilla. Algún topo se verá por allí. No te molestes en mirar el WhatsApp ni el Twitter, pues aquí la cobertura brilla por su ausencia. Una ausencia que te acompañará durante los próximos veinte minutos. Comienza un frenético viaje de metro. ¿El destino? Las antípodas de Sevilla, donde ni los romanos tuvieron cojones de entrar y donde puedes estar al mismo tiempo en tres términos municipales de Sevilla.
Al salir de la parada de Cocheras, se extienden unas largas vías y un ardor de ojos que indican que estamos llegando a nuestro paradisíaco destino. Ha vuelto la cobertura. La gente saca sus móviles rápidamente tras unos interminables veinte minutos de espera. Dichas vías, custodiadas por las zonas más industriales de Sevilla, las vastas hectáreas de campo por donde se puede advertir alguna escurridiza cabra y los denostados edificios de Las Tres Mil Viviendas como telón de fondo, forman la particular alfombra roja hacia la Universidad Pablo de Olavide.
Con la titánica Torre Pelli en el horizonte, se abre de par en par ante nosotros un agradable paseo entre la maleza, los farragosos charcos en días de lluvia, ejércitos de orugas y más cosas singulares y propias de la UPO. Los estudiantes del Grado en Sociología hemos modificado ligeramente el camino desde el edificio 11 hacia el 6. De hecho, se han modificado cosas tales como la desmesurada ampliación de las clases a dos horas, tan inaguantables como la incompetencia de algunos profesores. Esa es la paradoja de la UPO exactamente, que no hay término medio con el profesorado: te tocan desde los mejores catedráticos con artículo en la Wikipedia (en inglés, pero sí) hasta los más desvalidos que imprimen en su discurso la monotonía y el desazón que sienten por la docencia.
Llegarás a Primero y te enamorarás de las asignaturas: Política, Psicología, Historia, Sexología General (Sociología para los amigos) y la gran incomprendida de toda la carrera: Habilidades Básicas del Sociólogo. ¿No sabes para qué sirve? Tranquilo, yo hace dos años que la aprobé y aún me lo sigo preguntando. Recuerdo con especial cariño un trabajo (el mismo que pusieron cuando me lo suspendieron) donde había que hacer un listado de referencias bibliográficas con un innovador, útil y extremadamente sencillo de usar programa llamado Refworks. Para los mortales que por algún extraño motivo no lo conozcan, Refworks consiste en un programa que realiza bibliografías al introducir algunos datos de la fuente concreta. Bueno, se supone que en teoría hacía eso…
Ya están puesta la notas, recuerdo que me dijo algún compañero. 90% de suspensos, incluyendo a los siempre competentes colegas del Doble Grado. Debía de haber algún error, porque ese trabajo no entrañaba mucha dificultad. Después nos dijeron los respectivos docentes que, una vez recibidas las bibliografías, había que interpretar los resultados emitidos por el programa. Entonces, me pregunté, es como si quieres hacer una ecuación diferencial (no desesperes que en Sociología no tendrás que hacer ninguna… creo), o sea, algo bastante complejo para realizar mentalmente. Por tanto, hacemos uso de la calculadora y, para certificarlo, después lo comprobamos manualmente. ¿Tiene sentido, verdad? Ninguno. Casi tanto como cuando nos dijeron que Refworks era de suma importancia. Lo será tanto que nunca más se ha vuelto a usar en la carrera.
¿Y los compañeros? Mi madre, que es muy sabia ella, siempre dice un refrán:Dios los cría y ellos se juntan. Son, por así decirlo, los otros grandes incomprendidos de la sociedad. Gente que, como tú y como yo, acabó en la carrera de rebote, porque siempre cuando salía algún sociólogo en la tele se reía y ahora nos reímos más viendo el futuro laboral que nos espera. Siempre nos quedará Alemania. Es raro encontrar a un niño de cuatro años que sueñe con ser sociólogo, en vez de policía, bombero o político, bueno, la última ya no. Parafraseando al gran Echavarren: Habéis sido rechazados en las demás carreras, pero no sufráis, esta era la buena. No he usado Refworks para citarlo, espero que no me suspendan ni me abran un expediente por plagio.
Y mientras acabo este artículo degustando una joya gastronómica de gourmet como son las pizzas del Santa Clara, te preguntarás quién es el gran protagonista de la carrera. No podía ser otro que Max Weber. Autor de vital importancia y considerado junto con Durkheim uno de los padres de la Sociología, está presente en toda la carrera, de algún modo en cualquier asignatura. De hecho, me he preguntado cientos de veces la razón por la que no se llama Grado en Weberología. ¿Y qué hizo el tío este? Pues sé que fue virgen hasta los cuarenta y muchos años, perdiendo la virginidad con una estudiante de posgrado. Bah, ¿qué más necesitas saber? (Xavier Coller, 2013, EB de Sociología Económica. ¡Toma! Otra cita y sin Refworks, hoy estoy que me salgo) Por todo esto y mucho más, apúntate al Grado en Sexología de la UPO. Sí, Sexología. Ahora que lo miro, el nombre del artículo no es casualidad…