31 de enero de 2015

Podemos mató al Mar Muerto


Tras haber sido relacionados con el régimen bolivariano de Venezuela, con la dictadura de Cuba y con la banda terrorista ETA, al partido liderado por Pablo Iglesias le surgen tantos admiradores como detractores. El último rumor del que muchos medios de comunicación se están haciendo eco es la posibilidad de que Podemos matara al Mar Muerto que, antes de haber sido eliminados a manos de la organización de Pablo Iglesias, se llamaría Mar Vivo.

Según la creencia popular, el Mar Muerto se llama así debido a que la alta concentración de salinidad en sus aguas hace que todo cuerpo flote en ella, dando la sensación de estar muerto. Como ha podido comprobar el equipo de investigación de La poca razón, toda esa historia no ha sido más que una construcción propagandística que ha servido de tapadera para ocultar cuál fue el trágico final del ahora Mar Muerto. El testimonio es francamente desgarrador.

Al parecer, Pablo Iglesias hizo pactos secretos con el Mossad (servicio de inteligencia israelí) y con importantes miembros de la comunidad judía como Karl Marx, Woody Allen, Adam Sandler y Albert Einstein para instigar una eliminación del Mar Muerto (entonces Mar Vivo) que baña las costas de Israel y Jordania. Pablo Iglesias, en colaboración con el Mossad, nacionalizó empresas encargadas de hacer paseos en barca por el Mar Muerto, de modo que dicho mar entró en quiebra. Tras perder cuantiosas pérdidas económicas, el entonces Mar Vivo decidió poner fin a su larga, profunda y dolorosa vida, vertiendo varias toneladas de napalm sobre él. Fallecería en el acto. Preguntado por ello, Pablo Iglesias ha respondido: Nunca me gustó el Mar Muerto, siempre he sido más partidario del Mar Rojo. Se ha llevado su merecido.

@joseangelrios92

26 de enero de 2015

El Ku Klux Klan le pedirá derechos de imagen a San Gonzalo


A pesar de haber sido disueltos oficialmente en el año 1870, el Ku Klux Klan ha resurgido de sus cenizas y su primera medida ha sido reclamarle derechos de imagen a la cofradía sevillana de San Gonzalo. Según altos cargos de esta clandestina asociación (se ve que los tiene), la popular hermandad trianera se habría copiado de los uniformes usados por el Ku Klux Klan en su creación en el año 1942. No podemos permitir que una institución católica se adueñe de nuestra indumentaria ni de nuestros capirotes, porque el blanco nos queda mucho mejor a nosotros y nos hace un culito muy respingón, balbucearon los miembros de esta repugnante polémica organización estadounidense en su rudimentario español. No obstante, el Ku Klux Klan ha manifestado su admiración por la precisión con la que hacen los agujeros para los ojos de los capirotes.

La respuesta de la hermandad de San Gonzalo no se ha hecho esperar y ha contestado firmemente ante estas duras declaraciones. Así de contumaz se manifestaba Aitor Tilla, hermano y costalero de la hermandad, familiarmente conocido como Er Croqueta: Estos jipis son unos desgraciados que llevan 140 años embajonados y están reprimidos desde que Estados Unidos tiene un presidente negro. Como vea a alguno, se van a llevar tal hostia, que las gambas del Bar Casimiro a su lado van a parecer que tienen buena pinta. Y por cierto, el negrito del paso de cristo les manda saludos. De este modo, una de las más históricas procesiones sevillanas salía al paso de tan durísimas acusaciones.

El Klu Klux Klan se hizo famoso durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos entre 1861 y 1965 por promover valores tan entrañables como la xenofobia, homofobia, racismo, antisemitismo, anticomunismo, simpatizar con el PP y anticatolicismo. Fue refundado con carácter más institucionalizado en 1915 y perdió fuerza a raíz de la crisis de 1929 y de la Segunda Guerra Mundial, dada la apología al nazismo de sus miembros. 

Según el equipo de investigación de La poca razón, miembros del Ku Klux Klan le habrían mandado un WahtsApp a los hermanos mayores de San Gonzalo para amenazarles persuadirles de cambiar el color de la túnica de la hermandad por una de color rosa con capirote cian de la marca Nike, repartir caramelos con sabor a aguacate y cambiar el escudo de la hermandad por una foto del tío Sam. O de lo contrario, llamarían a Podemos para que prohíban la Semana Santa, gravándoles con un impuesto por ensuciar de cera las calles de Sevilla. La hermandad le habría comunicado al Ku Klux Klan sobre la imposibilidad de llevar a cabo todos estos requisitos, al no conocer cuál es el color cian.

@joseangelrios92

22 de enero de 2015

Cómo salir de un grupo de WhatsApp sin que nadie se enfade


Algunos grupos de WhatsApp son como nuestras fotos de primera comunión: están ahí pero deseamos con todas nuestras fuerzas que no salgan a la luz. Si hay un invento que haya revolucionado la sociedad, no es la televisión y, por extraño que parezca, tampoco es la cama. Lo más útil que jamás se ha inventado es la opción de silenciar los grupos de WhatsApp durante un año. Aquello de recibir un WhatsApp a las cinco de la mañana en el grupo de tus amigos sobre un vídeo de un tío que abre botellines con el culo ha pasado a la historia. Afortunadamente, dicho sea de paso.

Solamente hay un personaje que puede mosquearnos más que ese: la persona que nunca habla en los grupos. Puede ser que se esté leyendo el programa electoral del Partido Popular y, obviamente, está muy ocupado porque la cosa va para largo. Esas personas dan más coraje que un lunes. Mejor dicho, que dos lunes. Porque siempre está el gracioso que envía un mensaje preguntando si a alguien le sobra un embrague de un Lamborghini Gallardo de 1995, porque el suyo se ha escacharrado. Porque, reconozcámoslo, siempre nos preocupa más que se caiga WhatsApp a que se caiga un amigo nuestro. O más que se caiga el antiguo Rey, una cosa que ocurría más o menos con la misma frecuencia.

Porque cuando inventaron el doble check azul pusimos la misma cara que un japonés de Hiroshima o Nagasaki al ver la bomba atómica caer. Sabíamos que eso no podía acabar bien. Con el doble check azul, ya se puede ver quién ha leído tus mensajes y ha pasado tres kilos de responder. Con lo que molaba pasar de la gente en el anonimato. Por si alguien ha vivido enclaustrado en un búnker en los últimos tres años y aún no se ha enterado, la cosa es así: una raya es que el mensaje ha sido enviado, dos rayas es lo que le gusta a Maradona y este zarrapastroso innovador doble check azul es la confirmación de lectura por parte de la otra persona. Por menos cosas comenzó la Primera Guerra Mundial...

Pero aún hay algo que nos molesta más que eso: esa gente que abandona los grupos de WhatsApp sin decir nada. Las instituciones más lamentables de la historia han sido las SS, la Gestapo, la Inquisición, el Real Madrid, el Ku Klux Klan, la Falange, el club de fans del Pequeño Nicolás y el colectivo de personas que abandona los grupos a la francesa, no la tortilla, sino sin decir nada. Seguro que más de una vez hemos sentido el amago de salirnos de ese grupo en el que no paran de enviar vídeos porno o uno en el que sale un chihuahua tocando el contrabajo (un invento que no es español, de ahí el nombre). Bueno, a lo mejor, de ese precisamente no, pero sí de ese grupo de antiguos alumnos a los que llevamos 16 años sin ver y, misteriosamente, hemos sobrevivido. Y qué decir de ese grupo de la familia en el que hasta la abuela está dentro. O ese grupo que alguien hizo para la cena de navidad y aún en agosto la gente sigue hablando por él. Es muy tentador salir de grupos así, pero nos preocupa quedar mal o que la gente se irrite. ¿Cómo hacerlo sin que eso ocurra? Sigue leyendo.

La opción rebelde: haciendo esto, podemos lograr que la gente se enfade. Suele ocurrir cuando esperamos un mensaje importante, especialmente de nuestra pareja o de alguien que nos gusta. Nos suena el móvil y, al mirarlo, comprobamos que es el grupo de nuestros amigos enviando el vídeo del chihuahua tocando el contrabajo. Nos entra el calentón y, sin pensarlo dos veces, salimos del grupo. Es cuando hay que atenerse a las consecuencias. Ya nadie te avisará de nada porque, sencillamente, no estás en el grupo. Cuando alguien cuente un chiste y no lo pilles, te dirán: Ah claro, es que como no estás en el grupo, por eso no lo pillas...

La opción sincera: esto es algo poco frecuente. Lo de ser sinceros, digo. Consiste básicamente en decir: Gente, me salgo porque estoy hasta los cojones de que me mandéis 200 mensajes por minuto y que 199 mensajes sean el del vídeo del chihuahua que toca el contrabajo. Para hacer eso, hay que tener un gran nivel de autoestima y seguridad en uno mismo, así como una honestidad e integridad sin precedentes. O sea, si eres político, me temo que esta no es tu opción.

La opción excusa: puede haber excusas de muchos tipos. Algunas muy verosímiles, otras sacadas de una novela de Arthur Rimbaud, lo cierto es que son muy variadas: Me voy porque se me peta el móvil, Salgo de aquí porque me tienen que avisar desde Barbados para traerme 50 gramos de opio vietnamita y no quiero que se me mezclen los mensajes, Me voy porque mi BlackBerry explota cuando recibe 500 mensajes en menos de un minuto (¿alguien sigue usando BlackBerry?), Me despido del grupo porque estoy escribiendo un artículo sobre cómo salir de un grupo de WhatsApp sin que nadie se enfade y quiero concentrarme. Vamos, lo típico...

La opción nocturna: y con alevosía, como no podía ser de otro modo. ¿Quién va a estar conectado a las cuatro de la mañana para ver que te has ido del grupo? Bueno, tal vez quien esté esperando que le manden 50 gramos de opio vietnamita procedente de Barbados. Pero en caso contrario, imposible. Pues no. Siempre hay alguien pendiente. Mucha cautela si te decantas por esta opción.

La opción tocho: consiste en aprovechar toda la amalgama de mensajes y tochos que se están enviando sin cesar y salir sibilinamente. Igual tienes suerte y, con tanto mensaje de por medio, nadie se da cuenta. 

Si has seguido estos pasos, enhorabuena. WhatsApp ya no volverá a ser un engorro nunca más en tu vida. O siempre puedes eliminar o silenciar los grupos. Pero eso sería muy fácil y nos gusta la acción. Concluyo aquí que me están enviando un montón de mensajes de WhatsApp en el grupo que tengo con ex-compañeros de celda de Guantánamo y están un poco pesados los pobres. O igual mejor me espero a la noche para salirme como hicimos en... ups.

Fuente: Elena Mengual (15/1/2015). ¡Socorro! Estoy atrapado en los grupos de WhatsApp. Diario El Mundo.

15 de enero de 2015

Podemos quitará la Navidad


Si Podemos ganase las próximas elecciones generales y Pablo Iglesias llegara al Gobierno, es muy posible que las navidades de 2014/2015 hayan sido las últimas celebradas en España. A la polémica suscitada por Begoña Gutiérrez sobre la Semana Santa en Sevilla, se suma esta propuesta del líder de Podemos. La navidad es una fiesta católica que representa a una institución represora que ha perpetrado grandes atrocidades a lo largo de la historia, comentaba el secretario general de Podemos.

En caso de salir adelante, los días navideños pasarán a ser lectivos, se trabajará en nochebuena, navidad, nochevieja, año nuevo y día de Reyes. Por su parte, la festividad de Reyes desaparecerá, dado el carácter republicano del partido liderado por Iglesias. Los gastos en regalos de los monarcas de Oriente pasarán a ser evaluados en una auditoría pública con carácter urgente para desembolsar esas ingentes cantidades de dinero en las polvorientas arcas del Estado. Para compensar las pérdidas, los Reyes Magos recibirán la ayuda económica de 600 euros mensuales, al estar en paro. Juan Carlos Monedero, secretario de Proceso Constituyente y Programa de Podemos, comentaba entre risas: Eliminar la Navidad de nuestra sociedad tendrá consecuencias positivas, ya no tendremos que aguantar a nuestro cuñado en las cenas de nochebuena.

Asimismo, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, matizó más en profundidad su incendiaria decisión: La Navidad representa la filosofía consumista y la esencia elitista del capitalismo, así como el nacimiento de un mesías con el pelo largo que, francamente, intentaba imitar mi look, aunque Jesucristo no compraba en el Mercadona. Estas palabras han sido duramente criticadas por el Partido Popular y el Partido Socialista que, misteriosamente, no han tardado en comparar a Podemos con Cuba y el régimen bolivariano de Venezuela. Así de rotundo se manifestaba Pedro Sánchez, secretario general del PSOE: España en 10 años será Cuba, luego Estados Unidos nos bloqueará internacionalmente, Lenin se levantará de la tumba, le mandará un WhatsApp a Pablo Iglesias, pondrá misiles en la base militar de Rota apuntando a Berlín y la juventud sólo hará botellón con ron Legendario. De ser cierto, seguro que la posibilidad de eliminar la Semana Santa parecerá una broma al lado de esto...

Nota: El presente artículo es, evidentemente, de broma. Es conveniente aclararlo por si alguien, en un titánico arrebato de inteligencia, se lo ha creído. Soy cabrón pero no tanto.

@joseangelrios92