Vuela conmigo. No lo pienses más. No importa adónde, ni con qué y, aunque parezca raro, tampoco el por qué. Sólo cojamos el equipaje y pongamos tierra de por medio. Con la ilusión como único medio de subsistencia y con exclusivo destino el camino que se abrirá ante nosotros. Y hagámoslo por todo lo alto, con billete sólo de ida. Porque sólo lo que dejamos atrás nos hará coger el impulso necesario para afrontar nuevas aventuras e inéditos rumbos que tan sólo ayer no creíamos privilegiados de alcanzar.
Porque nunca es tarde para comenzar de nuevo, tomar una bocanada de aire fresco y dejarlo todo atrás. Sólo así podremos hacer que nuestros sueños se hagan realidad, antes de que ellos nos persigan a nosotros por la inmensidad del cielo. Pero eso da igual. Sólo estaremos tú y yo. Qué diablos importa dónde acabemos, como si nos alejamos de todo atisbo de la urbe o acabamos en un remanso de paz, con un molino de viento como único testigo de nuestro amor. Y alguna que otra oveja escurridiza pastando al fondo.
Salgamos de aquí. No perdamos ni un segundo más. Será un sitio mejor, sin duda. Que aunque en los informativos lo llamen fuga de cerebros, tú y yo sabemos que no va de eso. Pongámonos al día. Porque ya ha pasado más tiempo del que jamás imaginé. Sin reproches, aspavientos ni quejas. Sólo el afán de construir un futuro juntos, como el que un día imaginamos y que la fatalidad del destino se encargó de demoler como un castillo de naipes. Pero así son las cosas. El pasado nunca volverá y el futuro se escribe cada día. Y qué mejor que escribirlo contigo.
Cuéntame todo acerca de ti. Quiero enterarme en profundidad, sin escatimar detalles. Cómo te fue durante todo este tiempo y, si no fue muy bien, da igual. No lo hagas, que los malos presagios corren al ritmo de un reguero de pólvora, esperando encontrar un chorro gélido que dé al traste con ellos. Y como dicen que la falta de noticias es la mejor de las noticias, no le cuentes a nadie que te fuiste conmigo, por lo que pueda pasar. Es mejor mantener el misterio y la intriga. Ya se enterarán. Facebook será nuestro más fiel confidente. Igual no es la idea inherente a cualquier cuento de hadas, pero no importa. Que se jodan.
Vente conmigo, por favor. Vámonos de aquí. Dónde tú quieras, no me importa dónde si es contigo. Sólo mira al cielo y cógeme fuerte de la mano. Verás que se torna más azul a medida que nos adentramos en él. Está en nuestras manos. Que los errores del pasado sólo sirvan para no volver a ser repetidos en el futuro. Todo nuestro devenir está ahí fuera, esperándonos. Y qué más da lo que ocurra. ¿Ves cómo las nubes se disipan porque no hay nada que pueda detenernos? Abre los ojos, porque ya hemos llegado.