La crisis del coronavirus es ya una realidad tangible. Desde el anuncio oficial de la pandemia, la fase de cuarentena nos ha confinado en nuestros hogares con el fin de no propagar el virus. Sin embargo, una de las imágenes más curiosas en estos días están siendo las colas kilométricas que han desabastecido los supermercados. Y lejos de lo que pueda parecer, un producto en particular ha sido acaparado como si ni hubiese un mañana: el papel higiénico.
Si bien resulta comprensible encontrar escasez en productos de primera necesidad como arroz, pan, leche o desinfectantes, observar los estantes de papel higiénico vacíos es una de esas imágenes que pasará a la historia. De hecho, según la consultora Kantar Worldpanel, las ventas de papel higiénico y productos similares han aumentado un 129% con respecto a meses anteriores. Las razones que explican este fenómeno obedecen a motivos psicológicos y sociológicos. Según el clínico Steven Taylor, esta respuesta desaforada por hacer acopio del papel higiénico encuentra su razón en el llamado efecto bola de nieve. Dado que aún se desconoce el impacto del coronavirus y la duración de la cuarentena, la incertidumbre de los meses venideros podrían llevar a los consumidores a tener una respuesta excesiva en lo que a satisfacer su higiene personal se refiere, aunque en realidad dispongan de existencias en casa para los próximos meses.
Estas compras desaforadas como producto del pánico también se deben a otro elemento. El papel higiénico es un producto voluminoso y eso nos crea la ilusión de tener la estantería repleta. Además, si vemos a muchas personas comprándolo, tendremos la sensación psicológica de que es un producto muy demandado y, por tanto, será fácil que se agoten las unidades. Se trata de un comportamiento irracional, pues el papel higiénico es fácil de reponer y su precio es barato —un pack de cuatro rollos rara vez llegará a costar un euro—.
De este modo, el miedo a la incertidumbre nos obliga a estar preparados para afrontar una situación desconocida, creando una situación de control y una reconfortante tranquilidad cuando sentimos que tenemos controladas todas las variables. Y la higiene nos da la sensación de confort. Aunque hacerte con decenas de rollos no tenga un efecto directo contra el coronavirus, hacerlo nos brinda con una buena dosis de alivio, al más puro estilo de un efecto placebo. En este sentido, Taylor apunta: Hay que actuar de manera sensata, te puedes preparar sin entrar en pánico. Para encarar el coronavirus, lo apropiado es proveerse de los artículos básicos de una forma razonada y no en cantidades industriales, como alimentos, jabón de manos y medicamentos.
Fuente: Business Insider y Diario El Mundo.