31 de julio de 2016

¿Qué fue de mí?


¿Qué fue de mí? Ya ha pasado demasiado tiempo, más del que jamás llegué a imaginar. Un intervalo que ha servido para recordar con más asiduidad de la que me gustaría los momentos que compartimos, y para acordarme de cómo era o cómo quería ser. Ya no me reconozco en fotos, ni siquiera en esas en las que mostraba mi mejor perfil que para nada había ensayado cuatrocientas veces ante el espejo. Será porque entonces mi sonrisa estaba auspiciada por unas ilusiones que, cumplidas o no, han cambiado más de lo jamás imaginarás.

¿Aún no sabes lo que fue de mí? Te lo diré. Sin florituras, virguerías ni malabarismos. Simple y contumaz, a mi estilo. Ya no me preocupo por esas situaciones, intangibles y decepcionantes al mismo tiempo, que me impedían conciliar el sueño; no lloro por aquello por lo que solía llorar, pero sí río por lo que antes me producía un respeto sepulcral. He viajado por sendas que creía desconocidas y explorados terrenos ignotos que me han hecho aprender la asignatura más difícil que siempre me quedó para septiembre: conocerme a mí mismo.

Es posible que nadie te haya dicho lo que fue de mí. Seré más revelador que una red social. No sé cómo me habría ido contigo, pero tampoco me ha ido del todo mal sin ti. Si algún día me ves, disimula. Y no lo hagas disimuladamente. Como si fuéramos dos perfectos desconocidos que no son nada pero que un día creyeron serlo todo. Qué ilusos ellos. Disimula, por favor. No te cortes. Es más, desvía la mirada cuando nuestras pupilas se vuelvan a encontrar, buscando evocar los sentimientos sepultados bajo la erosión que conceden los años. Porque un año cambia a una persona, aunque recuerde literalmente nuestro último mensaje. Unas palabras que, sinceras o no, han quedado grabadas en mí con tinta china y que rubricaron un final que no merecía nuestra historia.

En todos estos meses en los que no sabes lo que fue de mí, o tal vez sí, yo qué sé, he visto muchas cosas. He visto pasear a personas que no estaban enamoradas, cogidas de la mano y todo. Y también he recordado a otras que, estándolo, no pueden hacerlo. También he aprendido mucho en este tiempo. No me lo has preguntado, pero ya puestos, yo lo suelto. He aprendido que lo que hoy es importante mañana no lo es porque he llegado a ese momento inescrutable en la vida de todos en el que aprendemos que por lo que ayer llorábamos, hoy reímos. Porque ya sé que el amor tiene límites que la dignidad impone, que se puede ser feliz echando de menos y que los recuerdos son eso: recuerdos. Vivencias del pasado que jamás se convertirán en presente. Por mucho que alguna vez lo fueran. Y ese es el problema de los recuerdos que, con la nocturnidad y alevosía onírica que confieren los sueños, se convierten en presente. Aunque sólo sea un ratito.

Porque si no sabes lo que fue de mí, no me enrollaré más. Estoy bien, de veras. Y por extraño que pueda parecer, mejor que un año atrás por estas fechas. Nunca imaginé que escribir fuera la mejor catársis. Bueno, en realidad, sí. Ya ni tu recuerdo varado en la orilla llena ese vacío insondable que, por más páginas que deshoje en el calendario, sigue latiendo de forma latente. No soy el mismo que antes y, probablemente, no seré el mismo que mañana. Dime qué has hecho conmigo, porque ni yo siquiera me reconozco ya. Y tú has sido la responsable de ello, regando con mis propias lágrimas aquel árbol que, por muy huracanada que sea la tempestad o fuerte arrecie la tormenta, nunca sucumbe ante ella.

Ya sé lo que fue de mí. Pero qué mas da, eso no lo verás. Lo que sí verás es que mantengo mis sueños intactos, mis metas en la misma dirección y mis objetivos financiados por una huella imborrable que dejaste en mi vida y que jamás desaparecerá. Y los verás cumplidos muy pronto. Eso te lo puedo garantizar. Dicen que las personas predestinadas a permanecer en nuestras vidas regresan tarde o temprano. ¿Ocurrirá? No lo sé, sólo es algo que he leído por ahí. Mientras tanto, que la función continúe porque, en palabras del gran Charles Chaplin: «La vida es una obra de teatro que no permite ensayos».

@joseangelrios92

21 de julio de 2016

Encuentran un Moltres en el Altozano a las cinco de la tarde


La fiebre de Pokémon Go ha traspasado fronteras y, en apenas pocos días, millones de teorías, suposiciones y conspiraciones acerca de la localización de ciertos Pokémon han proliferado a un ritmo asombroso. Especialmente, los rumores acerca de la ubicación de los Pokémon legendarios han sido los que más expectación han causado entre los entrenadores que desean ver completada su Pokédex en el menor tiempo posible.

En concreto, uno de los pájaros legendarios, Moltres, ha sido avistado en la célebre Plaza del Altozano en Sevilla en pleno mes de julio a las cinco de la tarde. La mítica ave de fuego, uno de los Pokémon más codiciados, fue visto por un grupo de suicidas viandantes al disponerse a cruzar el Puente de Triana, posado en la estatua de la gitana situada en las proximidades de la zona. Los testigos declararon ante los micrófonos de La poca razón: «Hacía mucha calor, diríamos que unos 47 grados a la sombra y allí vimos a Moltres. Estaba refugiándose en la sombra y nos preguntó si teníamos un poco de agua, porque se moría del calor».

Al verlo y comprobar que no se trataba de una alucinación producto de las altas temperaturas, los entrenadores se dispusieron a capturarlo con resultados poco productivos. En alusión a ello, el pájaro legendario declaró ante los compañeros desplazados a la capital hispalense: «Ojú, chiquillo, vaya calufa hace en Sevilla, incluso más que dentro de una poké-ball. A ver si empieza ya la Velá, que tengo ganas de tomarme un rebujito en la caseta del Partido Comunista». Además, añadió: «Como siga haciendo tanta calor, me voy a plantear participar en la cucaña. Si llego a saber esto, no cojo el Blablacar desde Kanto y me hubiera quedado con Articuno de vacaciones en las Islas Espuma».

13 de julio de 2016

En Pokémon Go, encuentran un Magikarp en la Moncloa


Los compañeros de investigación de La poca razón no han querido ser menos y también se han apuntado a la incipiente moda de Pokémon Go. Tras sortear todo tipo de escollos y finalmente poder instalar dicha aplicación, nuestros reporteros decidieron empezar por la puerta grande, concretamente por la del Palacio de la Moncloa. Tamaña fue la sorpresa que se llevaron al utilizarla en el despacho del presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

Después de la reunión que el ejecutivo mantuvo con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, los compañeros decidieron usar Pokémon Go en la sala donde Mariano Rajoy recibe a los principales líderes políticos. Al encenderla, se toparían nada menos que con un Magikarp, un pokémon tan inútil como el anfitrión del palacio presidencial. «Nos dispusimos capturarlo enseguida, aunque Magikarp es muy malo, pero queríamos evolucionarlo a Gyarados que sí es muy bueno. Lo malo fue que que no teníamos poké balls porque el Gobierno no las subvenciona», afirmaron nuestros compañeros.

Consternados por no haber podido capturarlo, los corresponsales de La poca razón desplazados a Moncloa tuvieron la oportunidad de intercambiar algunas palabras con Mariano Rajoy quien les comentó: «No habéis sido los primeros en usar Pokémon Go aquí. El otro día Soraya lo usó en un consejo de ministros y se encontró con doce capullos, o sea, con doce Metapod que sólo podían usar fortaleza. Aunque lo más sorprendente de esto es que estuvieran allí trabajando en verano». Después de ser atendidos en persona por el presidente del gobierno en funciones, los periodistas abandonaron el palacio de la Moncloa, sin poder hacer uso del centro Pokémon más cercano que había sido privatizado por el Partido Popular recientemente.

@joseangelrios92

8 de julio de 2016

Barack Obama: "Voy a Sevilla a hacerme hermano de Los Negritos"


La llegada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a la ciudad de Sevilla es, sin duda, el evento del año. La última visita de un jefe de gobierno norteamericano data de 2001 y tuvo como protagonista a Bill Clinton. Las medidas de seguridad desplegadas por los efectivos policiales por toda la capital hispalense han sido llevadas a cabo para garantizar que el convoy presidencial discurra de forma relajada y sin sobresaltos a través de la apacible calor sevillana. De igual modo, los propietarios de comercios, bares y establecimientos de la capital andaluza han adaptado sus locales para recibir por todo lo alto al jefe del ejecutivo estadounidense.

Así pues, los compañeros de investigación de La poca razón pudieron reunirse con Barack Obama en el despacho oval de la Casa Blanca, lugar donde el presidente acogió con hospitalidad a nuestros reporteros, a quienes les ofreció una tapita de jamón serrano y caña de lomo. En la intimidad de la sala de Washington DC, pudieron conocer de cerca los motivos de su viaje a tierras sevillanas: No se lo he dicho a nadie, ni siquiera a mi mujer, pero realmente voy a Sevilla a ver una cofradía de Semana Santa que siempre me ha gustado, Los Negritos. Sorprendidos, los periodistas desplazados a las instalaciones presidenciales persuadieron al presidente para conocer más información. Sí, soy más capillita que la madre que me parió, afirmó textualmente. De hecho, pongo El Correo TV a través del satélite para no perderme ninguna cofradía. Antes veía Canal Sur, pero me tengo que tragar la Semana Santa de Málaga que no me mola ni un pelo, sentenció el presidente nacido en Honolulú.

El líder del Partido Demócrata afirmó que no quiere perderse nada y que desea conocer todas las costumbres de los sevillanos. Comentó que le hacía ilusión ir a Líbano, pero a la terraza de la avenida de la Palmera, no al país y que no le gustaría dejar Sevilla sin comerse un montadito del célebre Bar Trini, sin escatimar en mojo picón. Asimismo, Barack Obama anunció ante los micrófonos de La poca razón: He hablado con mi chófer y le he dado la orden de que no pase por Plaza de Cuba, que le haga un bloqueo a esa zona, porque no quiero acabar en el Pub Phoenix con todos los Erasmus de Estados Unidos, que los tengo muy vistos ya.

Mi mujer Michelle y los niños querían ir a Matalascañas, pero al final he podido convencerlos para venir a Sevilla. A ver si podemos pasar por la avenida de Kansas City para sentirme como en casa, expresó un eufórico Barack Obama quien, además, desveló el motivo secreto de su visita. En relación a ello, declaró: Tengo todos los papeles hechos para hacerme hermano de Los Negritos, aunque lo que me preocupa es que haya que salir descalzo, porque me van a reconocer enseguida y que sea difícil pillar la papeleta de sitio ¿Sabéis si puedo hacerme una bola de cera?